Todo líder debe comprender el poder que tienen sus palabras. Si sus palabras son de aliento, de estímulo o sus palabras son una mochila pesada que cae sobre su equipo.
Con sus palabras puede generar motivación en su equipo y lograr mejores resultados, o sumirlos en un espacio de desmotivación y pesadez.
Para ejemplificarlo mejor traemos este pequeño cuento.
Había una vez un anciano que estaba hablando a la multitud en las afueras del pueblo, mientras hablaba un guerrero que regresaba a su pueblo se suma a la multitud a escucharlo.
A poco de estar, el guerrero grita desde el fondo: “cállate viejo, no sabes nada”.
Al escuchar esto el anciano dijo: “¿Por qué no vienes a decírmelo a la cara?”
Irritado el guerrero se abrió paso entre las personas, se puso frente al anciano y sacó su espada para clavársela, en ese momento el anciano dijo: ”Oh, quien tenemos aquí, un valiente guerrero que da su vida luchando por nosotros. Gracias por honrarnos con tu presencia”.
Al escuchar esto el guerrero se llenó de orgullo, guardó su espada y se volvió a su lugar, al fondo del público.
Cuando el anciano terminó su charla le dijo al guerrero: “mira si serán poderosas mis palabras, mucho más que tu espada, que con mis palabras te traje a mi lado y con mis palabras hice que guardes tu espada y vuelvas de donde habías venido”.
El poder de las Palabras
¿Qué palabras usamos con nuestro equipo?
Decimos palabras como: “me gusta”, “gracias”, “te felicito”, “te ayudo”, “por favor”, “me gustaría saber tu opinión”
O decimos palabras como: “nuevamente te equivocaste”, “está mal”, “no sabes hacerlo”, “hazlo”, “escúchame lo que te digo”.
Y qué palabras nos estamos diciendo a nosotros mismos porque lo que nos decimos a nosotros es lo que también le decimos a los demás.
En nuestras palabras tenemos el poder de transformar a las personas que están
a nuestro lado; en nosotros está la posibilidad de ayudarles a ser mejores.
Te invitamos a ver éste video de 4 minutos de Luis Castellano, «si cuidas las palabras, el lenguaje cuidará de tí» Ver