Hacer lo mismo de siempre no asegura el éxito en las empresas, eso lo han aprendido gigantes como Kodak o Blackbuster que optaron por ignorar las señales que indicaban que el mercado estaba cambiando.

 

A diario vemos empresas que prefieren redoblar sus esfuerzos por mantener sus viejas estrategias y no destinan tiempo a planificar qué habilidades requerirá su futuro.     

 

Ese esfuerzo por “sostener”  el pasado exitoso,  los lleva a dejar espacios  que    comienzan a ocupar otras empresas.  Sin darse cuenta siguen vendiendo  “la vieja máquina de escribir” que ya nadie quiere. ¿De qué nos sirve hacer más eficiente algo que ya nadie quiere?

 

El futuro es muy diferente al presente

Uno de los principales errores es presuponer que el futuro no será muy diferente al presente, lo que es un grave error. Otro error es ver sólo a sus competidores actuales ignorando quienes están ingresando al mercado. La mayoría de las empresas está haciendo lo mismo “sosteniendo su presente”, por esta razón quienes ocupan los nuevos espacios que da el mercado son empresas que llegan junto con la tecnología.

Pensemos en Amazons el gigante del comercio electrónico, que comenzó vendiendo libros y videos, no era un competidor tradicional de ese segmento, no era librería ni editorial, ingresó al sector con la tecnología y se quedó con gran parte del mercado. O Despegar, que tampoco era uno de los mayoristas del mercado de turismo ni una agencia de viajes, ingresó con la tecnología y desplazó a los líderes tradicionales.

A Kodak tampoco  lo destronó un competidor tradicional sino los que llegaban con las máquinas de foto digitales, y a Blukbuster no fue otra tienda de alquiler de películas, fue Netflix.

 

La ceguera del Número 1

Para las empresas es un gran problema cuando el número 1 ha perdido su capacidad de “avizorar el futuro”, por eso es importante ver con quienes se rodea, si personas que pueden opinar diferente o personas que piensan igual. Es como si una nave es conducida hacia un Iceberg y nadie lo alerta.

Un artículo de Infotechnology recopila algunos de éstos casos de ceguera:

Cuando nació la televisión Darryl Zunuck  cofundador de 20th Century Fox decía: «La televisión no podrá mantenerse después de los primeros seis meses. La gente se cansará de mirar una caja de madera todas las noches.»

Dos años antes de quebrar, Jim Keyes CEO de Bluckbuster decía: «Netflix ni siquiera está en el radar en cuanto a competencia.  Blockbuster es más que Walmart y Apple juntos», lo dijo en el 2008 y  la empresa se presentó en bancarrota en 2010. Hoy, Netflix vale US$ 61.930 millones.

En su momento, Ballmer ex CEO de Microsoft se refirió a Google. «No es una empresa real, es una casa de naipes». Hoy la empresa tiene una capitalización de mercado que supera en US$ 100.000 millones.

Fuente:

www.infotechnology.com/online/Cuando-los-CEO-se-burlaron-de-tecnologias-que-les-sacaron-su-negocio-20170616-0004.html

 

También son recordados los casos de IBM que inventó la PC pero sus vendedores la  veían como un juguete para el hogar, que nunca llegaría a las empresas. Los “nuevos” competidores liderados desde fábricas en Japón se encargaron de hacerlo posible gracias a la tecnología de la miniaturización.

La industria de relojes Suizos inventó el reloj de cuarzo, pero ni siquiera lo patentó porque pensaban que un reloj que no  tuviera agujas y engranajes era imposible. Una vez más Japón vió la oportunidad e ingresó a un nuevo mercado.

 

Reinventarse continuamente

En nuestros días vemos como el ecommerce comienza a atacar fuertemente los mercados mientras muchos se esfuerzan   nuevamente por    “resistir”    en    lugar    de “aprender” sobre lo nuevo.

Ya lo sufrió Toys el gigante de juguetes que se presentó en bancarrota en EEUU por no poder competir con los fuertes del mercado de comercio electrónico.

Como  decía Einstein:  “no hay nada más inútil que hacer siempre lo mismo y pretender lograr resultados diferentes”, y  por loco que parezca hay empresas siguen repitiendo el modelo.

La Innovación no es una posibilidad, se ha convertido en una necesidad. Mientras algunas empresas se preguntan: si llegó el momento o si serán capaces de dar el salto, otras lo están haciendo. El cambio no garantiza que no haya errores, pero el hecho mismo de empezar a moverse hacia un futuro diferente comienza a abrir nuevos horizontes de posibilidades.

Hay empresarios que sostienen que “no tienen tiempo”, si no tuvieron tiempo ayer, si no tienen tiempo hoy, y no van a tener tiempo mañana, en algún momento pueden convertirse simplemente historia.

Como señala una frase muy conocida:

“El escritorio no es el mejor lugar para ver el mercado”