Muchas veces la economía se mueve o se frena de acuerdo a las “sensaciones” de los diferentes actores. Cuando las mismas son agigantadas sucede que las olas de expansión parecen ser más grandes de lo que realmente son y las de contracción más pronunciadas de lo que debería ser.

En junio de 2018 se publicó una encuesta realizada por DAlesio/Irol/Berenztein a 1510 adultos y muestra que en el mes de mayo de 2018, 3 de cada 4 adultos ve que la situación económica es peor (mucho y algo peor) que el año pasado.

Si se compara la respuesta con la de Diciembre 2017 es decir 6 meses antes, donde la misma respuesta alcanzaba el 44%, observamos que la “evaluación” negativa creció un 70% (75 vs 44).

 

 

Fuente: El Cronista

https://www.cronista.com/economiapolitica/El-desborde-inflacionario-genera-un-pico-de-pesimismo-en-la-sociedad-20180604-0046.html

 

Esta situación genera una retracción en el consumo, pone en alerta a las empresas que comienzan a reducir sus gastos y demorar sus inversiones ante el riesgo de caída de sus ingresos.

La pregunta que muchos se hacen es: ¿conviene reducir inversiones o es momento de aprovechar y reforzar las acciones?

 

Estrategia A: Reducir todo hasta que aclare

La estrategia de muchas empresas es “frenar” todo hasta que aclare. Hasta que se recomponga la economía, hasta que el mercado vuelva a consumir.

Por ejemplo, una empresa estaba por cambiar su sistema informático por uno más moderno pero decide frenar la inversión por unos meses. Otra empresa informa que postergará su ingreso al canal de e-commerce por unos meses, y una tercera empresa también comunica que frenará su plan de capacitación al personal hasta tener un panorama más claro de la economía.

Lo que nadie sabe es que con éstas decisiones las empresas están demorando su desarrollo y cuando la economía se restablezca estarán en desventaja respecto a sus competidores.

 

Estrategia B: Mantener los Planes de Crecimiento

Otras empresas deciden mantener sus planes de desarrollo, para estar en mejores condiciones cuando la economía mejore.

Uno de los ejemplos más interesantes ha sido la historia de Hewlett Packard. En su libro Empresas que Perduran, sus autores (Collins y Porras) señalan que en épocas de crisis, cuando otras empresas despedían a sus mejores talentos, HP lo que hacía era contratarlos, para estar en mejores condiciones cuando el mercado se restableciera.

Otro caso es Toyota, en plena crisis 2001 de Argentina, ellos retenían y capacitaban al personal. Se estaban preparando para el rebote de la economía (fuente: La Voz del Interior – sección Negocios – 03.06.18).

Y el razonamiento es claro, si nos demoramos en ser más competitivos, en el momento del despegue, no estaremos tan preparados y demoraremos muchos meses en aprovechar el crecimiento. Imagine que una empresa tiene 10 vendedores y se queda con 5, al momento de la recuperación no tendrá toda la fuerza para captar nuevos negocios. O mantuvo los 10 pero frenó su capacitación, no aprovecharían plenamente la época de despegue.

 

Siempre hay Oportunidades

Supongamos que su empresa tiene el 20% del mercado (puede hacer el mismo razonamiento si tiene el 30, si tiene el 10% o incluso si tiene el 1%). Significa que hay un 80% de compradores que no le compran a su empresa, le compran a la competencia. Pues bien, si sus competidores frenan sus acciones  publicitarias, si no invierten en atender bien al cliente, si no mejoran sus sistemas, si frenan el ingreso al ecommerce, ¿Quiénes serán los primeros que perderán clientes?, y esos clientes, ¿qué empresa los ganará?

Efectivamente, aquellas que continúan con sus estrategias para mejorar su capacidad competitiva serán las que estarán en mejores condiciones.

Muchas empresas hacen publicidad en época de crecimiento de la economía, pero en ese momento, es posible que no sea tan necesario porque de todas maneras lo mismo van a vender muy bien, en cambio no la realizan en momentos de baja de la economía, cuando es el momento que otros callan y quien habla es más escuchado.

 

Una historia contada muchas veces

Vamos a contar una historia que hemos escuchado muchas veces, sólo cambiaremos un poco el guión. Una empresa deposita $ 30.000 como reserva a un hotel para el alojamiento de una comitiva de empresarios que llegarán de visita a la ciudad. Con ese dinero el dueño del hotel contrata a un electricista para modernizar sus instalaciones, a su vez el electricista invierte ese dinero en plotear su camioneta, la imprenta que hizo el ploteo deposita ese dinero en un banco el cual presta el dinero a un emprendedor.

Cuando hay “sensación amplificada de crisis”, uno de los actores frena sus acciones de Inversión deteniendo el circuito de la economía.

Conclusión, cuando cada persona genera consumo (o inversión) la economía se mueve, cuando uno de ellos por temor decide frenar la rueda, toda la economía se frena y el efecto de la crisis queda amplificado.